Tratado McLane - Ocampo 


Robert McLane 
Melchor Ocampo



El tratado de Tránsito y Comercio, conocido históricamente como tratado McLane-Ocampo, ha sido uno de los acuerdos internacionales más polémicos en la historia de México. Se le ha tildado de un acto de traición de parte de sus autores (Juárez y Ocampo), o como una venta descuidada de territorio con tal de conseguir el apoyo de los norteamericanos. También se le ha defendido como un simple acuerdo de transito comercial. Lo cierto es que no ha sido ni lo uno ni lo otro; pues no fue una venta ni cesión de territorio, pero tampoco fue un acuerdo inofensivo para México. 





















El Tratado McLane Ocampo fue firmado el 14 de diciembre de 1859 en Veracruz, entre Robert McLane embajador de los Estados Unidos, en representación del Presidente James Buchanan y Melchor Ocampo, en representación del presidente Benito Juárez. Constaba de 11 artículos. Entre los cuales, los puntos más destacados eran:  

1. Concedía a los ciudadanos y bienes de los Estados Unidos derecho de tránsito a perpetuidad por el Istmo de Tehuantepec (Oaxaca y Veracruz). 
3. El gobierno mexicano se comprometía a no imponer impuestos a las mercancías estadounidenses que transitaran por el Istmo, salvo las dedicadas a consumirse en México.
5. Las fuerzas de los Estados unidos, “con el consentimiento o a petición” del gobierno de México; podrían ayudar a la defensa de los puertos y las rutas de dicho Istmo; “sin embargo, en caso excepcional de peligro imprevisto o inminente para la vida o las propiedades de ciudadanos de los Estados Unidos, quedan autorizadas las fuerzas de dicha república” para obrar en protección de aquéllos, sin previo consentimiento.
6. Concedía libre tránsito de tropas,  abastos y equipamientos de guerra de los Estados Unidos por el Istmo de Tehuantepec y entre el Puerto de Guaymas y Nogales, Sonora, con previo conocimiento de las autoridades mexicanas. 
7. Cedía a perpetuidad el derecho de paso entre las ciudades de Camargo o Matamoros, por la vía de Monterrey, hasta el Puerto de Mazatlán.
10. Estipulaba que a manera de compensación, el gobierno mexicano recibiría cuatro millones de pesos,  por las rentas que se perderían  por el acuerdo, de los cuales el gobierno liberal recibió dos millones. 

Este mapa ilustra las rutas que los norteamericanos querían establecer a través de México. 


Si bien es verdad que, pesar de haber sido firmado, el tratado nunca entro en vigor, debido a  conflictos internos en el país norteamericano, estaba por iniciar la guerra de secesión (1861-1865). También es cierto que, a pesar de la insistencia de los norteamericanos, el tratado no contempla la venta de territorio, y que, de acuerdo a sus defensores, "a perpetuidad" no significaba para siempre sino sólo por tiempo indefinido. Es innegable que dar concesiones de ese tipo (especialmente lo contemplado en el número cinco) a la misma nación que, tan sólo unos años atrás (1847), nos había arrebatado más de la mitad del territorio, con una excusa bastante absurda por cierto; hubiera resultado en un grave riesgo para la soberanía del país. 

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