Gustav Klimt
Gustav Klimt fue un pintor simbolista austríaco, y uno de los más conspicuos representantes del movimiento modernista de la secesión vienesa. Klimt pintó lienzos y murales con un estilo personal muy ornamentado, que también manifestó a través de objetos de artesanía, como los que se encuentran reunidos en la Galería de la Secesión vienesa.
Klimt se convirtió en uno de los miembros de la Wiener Sezession, un grupo de artistas fundado en 1897, y del colectivo temporal Ver Sacrum. La Sezession había surgido como una alternativa independiente a los artistas promocionados por la Academia vienesa.
Entre sus objetivos se contaban la promoción de artistas jóvenes, la exhibición de obras producidas en el extranjero y la publicación de una revista sobre las principales obras realizadas por los miembros.
En 1894, Klimt había recibido el encargo de crear tres pinturas para decorar el techo del Aula Magna de la Universidad de Viena. Inacabadas hasta el fin de siglo, estas tres obras —Filosofía, Medicina y Jurisprudencia— fueron muy criticadas por lo radical de su enfoque y su propia representación, que algunos consideraron "pornográfica".
En 1902, Klimt concluyó su trabajo en el Friso de Beethoven a tiempo para la XIV exposición de los secesionistas vieneses, que se había organizado a modo de homenaje al compositor, y en la que se presentaba una monumental escultura policromada de Max Klinger.
La "etapa dorada" de Klimt vino determinada por un progresivo acercamiento de la crítica y un gran éxito comercial. Muchas de sus pinturas de este período incorporan pan de oro a la pintura, aunque éste era un medio que Klimt ya había utilizado esporádicamente desde 1898 y su primera versión de Judith, de 1901.
En 1911, gracias a La vida y la muerte, Klimt es galardonado con el primer premio de la Exposición Universal de Roma. En 1915, murió su madre, Anna. Tres años más tarde, tras haber pasado un infarto, neumonía y la llamada gripe española, Klimt falleció.
Las obras de Klimt han batido algunos récords en las subastas de arte. En noviembre de 2003, un paisaje de Attersee fue vendido por 29 millones de dólares,16 una cifra que pronto quedó eclipsada por los precios finales de otras de sus obras.
Se ha identificado con la suntuosa decoración basada en dorados y elementos ornamentales de vivos colores, aunque también con formas fálicas encubiertas que indican el carácter de los dibujos en que se inspiraban.
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