"¿EL MÚSICO NACE O SE HACE?"

"¿EL MÚSICO NACE O SE HACE?" Julio Llamas

  Se creía que la enseñanza musical dependía de las condiciones innatas (biológicas) que las personas poseían. O sea, que unas personas son musicales y otras no. Pero ciertos estudios irían en la dirección de pensar que todas las personas tendrían unas aptitudes y competencias mínimas musicales para poderlas desarrollar en un futuro. Por esta razón, hemos creído oportuno recomendarles una breve bibliografía sobre la cuestión, sobre todo para aquellos que, sin ser expertos en el tema, quieran tener su primer acercamiento. Algunos expertos, como Sloboda (escritor, músico y psicólogo), creen que todas las personas poseemos una capacidad para la competencia musical similar a nuestra capacidad para el lenguaje. Las habilidades lingüísticas se desarrollan naturalmente en todos los seres humanos, excepto en circunstancias muy excepcionales. Igualmente, la aptitud musical podría ser una característica universal de la Humanidad. La Psicología de la Música ha llegado últimamente a la conclusión de que no se puede considerar “genio” a un buen instrumentista (por ejemplo), sino más bien “experto”: una persona que ha empleado numerosas horas de estudio para llegar a un nivel de excelencia, pero cuyos mecanismos cualitativos no difieren de los del resto de personas. Otra cuestión importante es ver que la pericia productiva musical depende del contexto social en el que tiene lugar. La Psicología de la Música nos sugiere que los géneros y estilos de música determinan un sofisticado desarrollo musical natural en todas las personas. La idea central sería que en la sociedad hay distintos caminos para el desarrollo musical y los individuos eligen qué ruta seguir. Si se considera que todos los seres humanos de una misma cultura son expertos receptivos, la educación audio-perceptiva consistiría simplemente en aprender y desarrollar “lo que ya se sabe”. El estado emocional de las personas que participan en una situación educativa-musical es decisivo. Hay evidencias de que en los conservatorios y escuelas de música no se dan en muchas ocasiones las condiciones emocionales adecuadas. Por parte de los profesores, ciertas actitudes distantes, rígidas e inflexibles no hacen más que enrarecer el ambiente académico, dificultando la enseñanza musical. Para ofrecer una educación audio-perceptiva humanamente viable hay que reconocer el estado continuo de aprendizaje de profesor y alumno. Pero habría que remarcar también que las condiciones innatas (genéticas) sí que van a tener su peso en futuros músicos (intérpretes, compositores, directores…). Sin negar el gran peso sociocultural, hay multitud de factores que van a influir y a incidir en que una persona llegue a ser un “experto”, “virtuoso” o como se le quiera denominar. Si se pudiera hacer un estudio, en el que se siguiera la trayectoria de muchos instrumentistas (por ejemplo), estudiando el mismo número de horas, con los mismos profesores, idénticos métodos pedagógicos, etcétera, se vería claramente que unos músicos “avanzan” más que otros, llegando algunos de ellos a ser unos verdaderos “expertos”, mientras que los otros podrían llegar a hacerlo muy bien pero sin llegar nunca a un altísimo nivel. Por tanto, se podría concluir que el músico nace y se hace. En qué porcentaje nace y se hace, no se sabe todavía. Esta cuestión es tremendamente complicada, por el número tan ingente de factores que intervienen. Estos factores están fuertemente imbricados y entrelazados, dándose una confluencia de situaciones muy diversas y variadas que pueden desembocar en multitud de realidades educativas y musicales.

referencia.

Escrito por Julio Llamas
Desde España 
Fecha de publicación: Julio de 2010. 
Artículo que vió la luz en la revista nº 0016 de Sinfonía Virtual

Comentarios

  1. Lo que pienso es que el música nace, y también se hace, sin embargo el que no nace con talento especial, tiene que trabajar más duro.

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